Depresión

Existen distintas clasificaciones de la depresión: depresión mayor, trastorno distímico, trastorno bipolar, etc. Están descriptos distintos mecanismos fisiopatológicos de la depresión y una cantidad de medicamentos para tratarla.

Se puede llegar a una depresión por determinadas circunstancias de la vida. Algunas causas posibles pueden ser la muerte de un ser querido, una separación, la pérdida de trabajo, una mudanza, el nacimiento de un hijo, entre otras. A estos tipos de cuadros se los llama depresión reactiva. Cuando no se la puede vincular a una causal externa se la llama endógena.

Frente al dolor y la frustración, las personas reaccionan de distinta formas. Algunas se hacen más fuertes. En otras aparece la ansiedad, el insomnio, la falta de voluntad, la pérdida de concentración, el llanto o baja la productividad. Cuando el círculo de la depresión se instala, la persona se aleja de la realidad y construye su mundo de manera fragmentaria, agobiante, pesimista y sin salida, pudiendo incluso llegar a tener ideas e intentos de suicidio.

Las personas deprimidas, se sienten rechazadas y muchas veces realmente lo son. Tanto la familia como amistades, cuando no comprenden el problema, intentan dar consejos. Al no obtener el resultado esperado, culpan al paciente por su falta de motivación. De este modo, los pacientes se acostumbran a frases como: “No te quiero ver llorar más”, “No servís para nada”, “O te curás o te dejo”, “¿Por qué no ponés un poco de voluntad?”, “Andá y divertite con algo”.

El estado de angustia y depresión puede tener distintas intensidades. Además, pueden sumar síntomas físicos.

Para la homeopatía no existe una depresión sino una determinada manera de ser de la tristeza y la angustia en una persona. Las características singulares determinarán los síntomas para la búsqueda del remedio. Cada persona tiene un sistema de creencias, una visión del mundo donde, la dependencia y la poca tolerancia a la frustración lo conducen a establecer vínculos afectivos que siempre lo dejan en un lugar insatisfactorio. Por eso es importante un abordaje psicoterapéutico, que lo ayude a entender cómo él mismo puede ser capaz de colaborar en modificar sus estados de angustia.

De esta manera, el accionar del medicamento se completará con un abordaje en psicoterapia ya que es importante que el paciente no deposite expectativas de una curación mágica en el medicamento homeopático. En ese caso, se adjudicarán a la homeopatía fracasos que no son tales.

Pacientes depresivos que tenían como propuesta el consumo de antidepresivos – generalmente combinados con ansiolíticos- pudieron ser tratados homeopáticamente, evitando así la dependencia farmacológica y sus efectos secundarios, además de abrir un camino a sus potencialidades con la capacidad suficiente para la realización de sus proyectos.

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